domingo, 11 de abril de 2010


Hoy me dispongo a contar detalles sobre el ecosistema Australiano, tales como la meteorología, la vegetación y esos malditos cuervos que no paran de gritar como gitanos en un domingo de mercadillo. Menos mal que Dios me dio el santo regalo de la paciencia y no el de una escopeta.

En resumidas cuentas, la meteorología es una auténtica porquería, para ir a la playa, llevo crema protectora factor 30+ (aquí el Lorenzo no va de bromas), toalla, bañador (arrugado) y PARAGUAS! Ya han sido más de dos, las veces que me he quedado dormido en la arena y he sido despertado por la tranquilizante y acogedora sensación de estar siendo bombardeado por unas nubes altamente cualificadas en su función, atentar contra mis días de sol, playa y colada.

En cuanto a la vegetación, todo es muy verde y poblado. Si vas a la montaña, olvídate de hacer “campo a través” o buscar atajos, simplemente no puedes (a no ser que vayas equipado con una Katana, un Gps y una falta de moral importante). Cuando vas andando por los bosques de Mallorca y escuchas un ruido, posiblemente sea una rama que ha sido desprendida por el peso de un pajarito que iba alegremente a alimentar a sus crías. Aquí, si escuchas un ruido, saca al corredor que llevas dentro y haz uso de todos los radares y sistemas de detección que tengas a mano, porque muy probablemente, vas a ser sorprendido por un reptil o un murciélago de proporciones preocupantes.

Y ya para terminar con la poca inspiración que me queda, voy a hablar de uno de los perfiles más famosas de Australia, las olas. Cuando vas a la playa y te introduces en el océano pacífico, te das cuenta de que no estas en el Arenal, no ves a esos rinocerontes homínidos intentando mojarse los tobillos con la suave marea mediterránea a la vez que desprenden ese olor a crema solar Nivea mezclado de manera heterogénea con sudor concentrado, dando como resultado, un apestoso olor que revolvería a un muerto en su tumba. Tranquilamente puedes observar que se acercan olas de la izquierda, de la derecha y del frente. Es muy frecuente el hecho de estar en la orilla con el agua a la altura de las rodillas, y sin darte cuenta, estés nadando entre sirenas por el azote de una ola. Desde luego, si te gusta ver a las chicas pasar malos tragos con el bikini, sin ninguna duda, éste es tu sitio.

Espero que hayáis pasado unas buenas vacaciones.