sábado, 13 de febrero de 2010


Hoy cumplo 2 semanas aquí, 14 días preparándome la comida, limpiando la ropa y haciendo todo eso que hasta hace poco pensaba que se realizaba a través de un sistema automatizado proveniente del futuro llamado amor de madre.

Hace 2 semanas que empecé las clases en Embassy y ya me han subido de categoría. Hay 2 opciones; o tienen poco criterio o yo me he vuelto un Antonio Banderas hablando inglés…la segunda opción la descarto.

Nada más entrar por la puerta ya respiro ese aire de escuela privada, esa sensación de que a cada alumno le han sacado un trozo del riñón para pagar esos ordenadores con reconocimiento de movimientos, esas pantallas LCD colgadas cada 10 metros en las paredes con una Wii enchufada y esos colores veraniegos en las paredes, obra de algún decorador que confunde el concepto de escuela con el de centro de vacaciones. En fin, me encanta esta escuela.

En el alumnado de la escuela dominan 3 colonias por encima de las otras:

-Brasileña: Jóvenes morenos y mujeres con muchas curvas, en general buena gente, no he conocido a ningún ejemplar que faltara al respeto o se creyese mejor que otra colonia. Pero todos coinciden en un fallo, se pasan todo el día hablando en portugués, indiferentemente de quien esté delante.

-Japonesa: Esos hombres y mujeres que no tienen nada que ver con la cultura occidental, una cultura que si respetas, ellos te respetan a ti. Sienten mucha curiosidad por todo lo lejano y se asombran con lo más mínimo. La verdad es que me paso el día con japoneses y japonesas, de ahí a que ya me hayan apodado como Momiage-san (Sr. Patillas).

-Colombiana: Esta gente es la responsable de que mi castellano se esté corrompiendo, con sus diversas expresiones sacadas de las telenovelas, la sobredosis de “usted” y el alargamiento de la última letra de cada palabra, algo que suena más o menos así; (ahoritaaaa mismitoo estoy con usteddd), en fin, ya les he comentado que sería incapaz de ver una película de Bruce Willis con ese acento. En general también son muy buena gente, no se meten en problemas y suelen respetar el inglés si hay alguien que no entiende el castellano presente. Les he derrumbado el mito de que en España crecemos con una capa y una espada repitiendo de manera irritante “olé, olé, olé” a la vez que aplaudimos con media estúpida sonrisa en la boca. Ellos me han derrumbado el mito de que en su país se pasan el día plantando cocaína y café…por lo visto sólo plantan cocaína.

Aquí el nivel y coste de vida es igual que el de España. Un menú te cuesta aproximadamente 10$, que al cambio de divisa serían unos 6€. Gold Coast, en una cosa comparte esencia con Palma, el transporte publico es una basura, impuntual y excesivamente caro, cada trayecto te cuesta 3,90$. Pero lo que realmente es un atraco a mano armada es el alcohol, una botella de Ron (olvídate de importaciones) cuesta unos 40-50$, mientras que en los bares cuando pides un delicioso cubata, el camarero llena un vaso de chupito con el alcohol, te lo echa en la copa y te lo rellenan con CocaCola, como echo de menos una buena resaca.

Bueno, hoy es mi día de suerte, en la televisión pública dan un maratón de Star Wars! Esto hace que mi aclimatación sea menos dura.

Mata asita!

jueves, 4 de febrero de 2010

1 Week

Ya hace 1 semana que dejé la isla, nunca una semana me había pasado tan rápido, no me he dado cuenta y ya puedo entender el 95% del inglés que me rodea, anuncios por la radio, gente conversando, hasta he conseguido abrir una cuenta bancaria sin que la pobre empleada tuviese que salir de la oficina fingiendo algún tipo de enfermedad terminal para quitarse el “marrón” de encima!...todo un logro.

Llega el domingo, tras pasar todo el día organizando cosas, colgando ropa y preguntándome constantemente la hora española, empiezan los preparativos para la cena de todos los domingos en la casa, donde cenamos todos juntos y aprovechamos para presentar a los nuevos inquilinos, en este caso, el españolito.

Empieza a sentarse la gente en la mesa, puedo apreciar la variedad cultural que hay, 3 colombianos, un coreano, una japonesa, una canadiense y los dueños de la casa. Empieza la cena y todo el mundo parece muy amable, los colombianos hablan sobre los amores (múltiples) que han dejado en su país, el coreano lamenta la reciente perdida de su pareja, la canadiense habla de sus planes de futuro ya que es su última noche en la casa y la japonesa no pierde el tiempo y hace lo que uno debe hacer en una cena, ponerse las botas. Empiezan a sabotearme a preguntas sobre mi vida en España, algunas las contesto y otras las evado distrayendo sus mentes retándoles a que repitan conmigo algo en mallorquín, no sabéis lo frustrante que puede ser escuchar a Capitán América diciendo que quiere formatge mahonés. Al acabar el postre, en un rápido y profesional movimiento Ninja me voy a dormir, ya que quiero estar de una pieza en mi primer día de clase.

Lunes, aquí el sol sale muy temprano, como a las 5:30AM, algo realmente malo para mí y mi compañera de viaje, Mrs. Jetlag. Cada día me despierto a las 6 de la mañana, indiferentemente de la hora a la que me voy a dormir. Después de dar 5 vueltas a la misma manzana, llego a Embassy CES cual guiri perdido con cara de tonto a recepción, sólo me faltaba una piruleta y un golpecito en la espalda para acabar con la tortura interna que me acarrea ser el novato. Tras llegar y hacer las pruebas de iniciación, me colocan en el tercer grupo más avanzado, no quiero pensar en que idioma hablarán los que están en los 4 grupos inferiores al mío, ya que mi inglés no supera al de Chiquito de la Calzada.

Ya contaré como van las clases y la gente que las ocupa, de momento me voy a hacer la cena antes de que me entre otro ataque de sueño y me quede frito 16 horas.