sábado, 4 de septiembre de 2010

C'est la vie

Todo lo bueno se acaba, y esto no iba a ser menos. Muchas son las historias que me han pasado en este tiempo y pocas son las que he podido contar. Australia, país de convictos, es una auténtica fusión multicultural, un país nuevo, un país adaptado a casi todas las culturas. Aprendiendo de los errores, el gobierno actual trata de dar más derechos a los aborígenes, pese a que por mucho que digan los medios y las asociaciones, nunca van a conseguir obtener de nuevo lo que en su día la madre naturaleza les brindaba. Desde mi punto de vista, el gobierno australiano hace de los aborígenes una atracción turística y de sus boomerangs un producto de souvenir, perdiendo así todo el respeto debido. La fisionomía del aborigen australiano es muy bizarra, y perdón por la falta de tacto, pero si alguna raza humana se asemeja al primate, es esta. Los aborígenes tocan un extraño instrumento de forma cilíndrica llamada didgeridoo, el secreto reside en que se puede tocar durante un tiempo ilimitado mediante una técnica denominada respiración circular, que consiste en mantener continuamente una cierta presión de aire en la boca, inhalando aire por la nariz. Las veces que los he visto hacer performances por la calle, suelen usar el didgeridoo junto a música electrónica, y pese a que suene raro, suena francamente bien.

El índice de criminalidad de Australia es bajísimo, aquí casi no ocurre nada serio. La cosa cambia cuando hablamos de peleas en las calles, que las hay, y muchas. El australiano blanco, el aussie de pura cepa, suele ser buena gente…hasta que bebe. Cuando el aussie bebe ocurre, exactamente, el mismo efecto que ocurre con los ingleses de Mallorca en Punta ballena, destrozan, gritan y buscan pelea. Esto, junto a los precios abusivos, son los puntos negativos de Australia.

El idioma ya lo llevo bien, incluso a veces se me hace raro escuchar mis canciones de toda la vida y entenderlas desde el principio hasta el final, la decepción viene cuando te das cuenta que esa canción que chapurreabas con toda tu energía y amor es una auténtica basura. El inglés es un idioma que se coge rápido debido a la gran cantidad de palabras similares al castellano y gracias a todos los anglicismos que tenemos en nuestra lengua desde la llegada de la era tecnológica.

Ya sólo me queda decir que es una experiencia cara, pero que como experiencia, se la recomiendo a todo el mundo que se la pueda permitir. Sin duda alguna, repetiría este año una y otra vez, desde el 1 de enero en España hasta hoy, día en que parto a tierras niponas.

Estos días he estado estudiando japonés, horas y horas en frente del ordenador tomando apuntes con una gran bebida energizante como fiel compañera. La verdad es que como idioma, es dificilísimo, no comparte nada con el español, para que os hagáis una idea, la construcción de las frases es Sujeto-Objeto-Verbo…y no existe un NO, lo cual te obliga a conjugar el verbo o el adjetivo de una manera especifica para darle el sentido negativo a la frase, una locura. Si sigo así, en 3 meses no sé que idioma hablaré o si simplemente, me dará un infarto cerebral.

Adiós Australia, ha sido todo un placer el haberte conocido.