jueves, 4 de febrero de 2010

1 Week

Ya hace 1 semana que dejé la isla, nunca una semana me había pasado tan rápido, no me he dado cuenta y ya puedo entender el 95% del inglés que me rodea, anuncios por la radio, gente conversando, hasta he conseguido abrir una cuenta bancaria sin que la pobre empleada tuviese que salir de la oficina fingiendo algún tipo de enfermedad terminal para quitarse el “marrón” de encima!...todo un logro.

Llega el domingo, tras pasar todo el día organizando cosas, colgando ropa y preguntándome constantemente la hora española, empiezan los preparativos para la cena de todos los domingos en la casa, donde cenamos todos juntos y aprovechamos para presentar a los nuevos inquilinos, en este caso, el españolito.

Empieza a sentarse la gente en la mesa, puedo apreciar la variedad cultural que hay, 3 colombianos, un coreano, una japonesa, una canadiense y los dueños de la casa. Empieza la cena y todo el mundo parece muy amable, los colombianos hablan sobre los amores (múltiples) que han dejado en su país, el coreano lamenta la reciente perdida de su pareja, la canadiense habla de sus planes de futuro ya que es su última noche en la casa y la japonesa no pierde el tiempo y hace lo que uno debe hacer en una cena, ponerse las botas. Empiezan a sabotearme a preguntas sobre mi vida en España, algunas las contesto y otras las evado distrayendo sus mentes retándoles a que repitan conmigo algo en mallorquín, no sabéis lo frustrante que puede ser escuchar a Capitán América diciendo que quiere formatge mahonés. Al acabar el postre, en un rápido y profesional movimiento Ninja me voy a dormir, ya que quiero estar de una pieza en mi primer día de clase.

Lunes, aquí el sol sale muy temprano, como a las 5:30AM, algo realmente malo para mí y mi compañera de viaje, Mrs. Jetlag. Cada día me despierto a las 6 de la mañana, indiferentemente de la hora a la que me voy a dormir. Después de dar 5 vueltas a la misma manzana, llego a Embassy CES cual guiri perdido con cara de tonto a recepción, sólo me faltaba una piruleta y un golpecito en la espalda para acabar con la tortura interna que me acarrea ser el novato. Tras llegar y hacer las pruebas de iniciación, me colocan en el tercer grupo más avanzado, no quiero pensar en que idioma hablarán los que están en los 4 grupos inferiores al mío, ya que mi inglés no supera al de Chiquito de la Calzada.

Ya contaré como van las clases y la gente que las ocupa, de momento me voy a hacer la cena antes de que me entre otro ataque de sueño y me quede frito 16 horas.

1 comentario:

  1. Hola, muy interesante tu relato, si sigues ilustrando tus vivencias, al final podrás editar un libro interesante.
    Un beso.
    Tere

    ResponderEliminar